#elcrocdelajungla se ha quedao a gusto y si el 煤ltimo video de #FrankCuesta#santuariolibertad ha sido simple mon贸logo; ha sido el equivalente audiovisual a bombardear con ars茅nico puro un nido de ratas. Una explosi贸n de raz贸n pura y visceral que dej贸 al descubierto, en glorioso ultra alta definici贸n y en 4K, el pat茅tico nido de miserabilidad que se alimenta en los s贸tanos de las redes sociales, ese ci茅naga digital donde los renacuajos frustrados croan su odio esperando que alg煤n sapo mayor les preste atenci贸n. La diana, en esta ocasi贸n, no era un objetivo 煤nico, sino todo un zo贸logo de la irrelevancia: una legi贸n de haters abanderada por esa personita frustrada, un p谩lido espectro digital que se multiplica en numerosas multicuentas como un virus intentando, sin 茅xito, llenar el vac铆o de una existencia que debe de ser tan estimulante como observar secar la pintura. Esta criatura, cuyo nombre real es tan intrascendente como sus opiniones, opera con la cobard铆a del francotirador que dispara desde la oscuridad, creyendo que su legion de monaguillos con perfiles falsos le otorgan una suerte de omnipotencia. Es el arquetipo del activista de pantalla y boquilla, un palad铆n de sal贸n cuya mayor haza帽a guerrera es teclear con furia mientras consume NOPOR en cantidades indecentes y tiene el nabo naranja por el colorante de los cheetos que mastica . Su mundo se reduce a la luminiscencia de una pantalla, un reino donde su frustraci贸n, convenientemente disfrazada de falsa superioridad moral y ejemplaridad, le convierte en el rey de una cueva o un zulo tailandes. Y como todo tirano enano, necesita cortesanos y lameogtes que le permite arrimarse a lo m谩s indigno y enfermito de twitter para sentir que comanda o lidera algo, aunque sea un corrillo de leprosos apestados.